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Pequeñas historias del Vestido

LeProgres_1899

«Al principio de la Cristiandad, fue un poco anárquica la forma de vestir de los Monasterios. Algunos utilizaron los ricos trajes de los patricios, otros por el contrario llevaban vestidos sucios y desarrapados con telas de sacos. En algunos monasterios se utilizaban exóticos vestidos de los monjes egipcios y griegos. Fue San Benito a su madurez, quién dictó las normas en las formas de vestir de los monjes. Con buen criterio evitó las singularidades y vanidades superfluas de unos y las exageraciones de pobreza en los atavíos de otros. Estos hábitos, en substancia, no han cambiado hasta nuestros días».

«El blanco era el luto oficial para el mundo árabe, y lo sigue siendo en la actualidad. En la España cristiana se adoptó esta costumbre, pero poco duró, pues los Reyes Católicos lo cambiaron por el color negro por motivos económicos. Conscientes los Reyes que su país incipientemente poderoso seguía siendo pobre, decidieron paliar las dispensas que las muestras de duelo, oficial o privado, imponían a sus súbditos, y entre otras medidas le “mudaron la color” por ser el negro el color más sufrido. Antes de este cambio, en los lutos oficiales era frecuente un edicto del tipo del Consejo de Burgos, que imponía a todos el traje blanco “so pena que se rasgara la ropa que tragiesen; e si alguno por pobreza no pudiere haber ni comprar luto o margas, que haya ropas pretas” y esta alternativa, las pretas o negras de los indigentes, es la que imponen los Reyes Católicos para la general muestra de pena».

«El motivo de que en la actualidad todas las chaquetas y abrigos se abrochen hacia la derecha, tiene su origen en el hecho de que de esta forma al desenvainar la espada no se enganchara con la vestimenta».

«Las solapas de las chaquetas son la evolución de los cuellos altos de los uniformes militares. Para mayor comodidad, los soldados se desabrochaban los botones de arriba y se abrían el cuello, después la moda se extendió a los trajes civiles y los sastres supieron trasladar con su corte esta imagen a sus creaciones».

«La abertura en el centro de la espalda tiene su origen en la capa de montar a caballo, así se diseñó para que la levita se amoldara mejor sobre los lomos del caballo».

«Los botones en las bocamangas se pusieron para que en algunas profesionales que necesitaban por su trabajo remangárselas, porque no estaba bien visto estar en mangas de camisa en público, un ejemplo claro podría ser el médico al atender un parto».

«Beau Brummel, un caballero inglés de la época victoriana, fue el creador del frac tal y como hoy se usa como prenda de gran gala. Este señor hacía que su mayordomo estrenase sus prendas para quitarles el apresto y la rigidez del estreno».

«El chaleco nació en el siglo XVII como prenda de abrigo, más concretamente se concibió como una camiseta exterior que cubriese hasta los muslos».

«Los puños de las camisas siempre han sobresalido de la manga de la chaqueta. Esta costumbre viene de cuando los caballeros usaban puños de encaje (puñetas), desde entonces siempre se mantuvo la tradición de asomar un poco el puño de la camisa».

«Los botones en los cuellos de las camisas, nacieron a principios de este siglo y fue en las camisas del polo para que los cuellos no “batieran” durante el partido».

«Para hacer historia hablando de botones, tendremos que remontarnos a la época griega, donde se necesitaba algún artilugio para sujetar el pelo, de aquí nació la llamada por los romanos “fibula clavus”, eran unas agujas que como broches sujetaban estas prendas, además de las túnicas y las togas, los primeros en inventar unos botones puramente decorativos con el objeto de distinguir con ellos a los dignatarios que las llevaban».

«En el siglo XVI, España tenía una fuerte influencia en el resto de Europa, en lo político, en lo cultural y también en la indumentaria, caracterizada ésta por su sencillez, por una marcada tendencia a los colores sobrios y por el predominio de un solo color en el traje. Como es natural, esta tradición era la tónica en el vestir del Monarca más poderoso de su tiempo, Felipe II. Sin embargo causó sensación cuando en su boda con la Infanta portuguesa apareció el entonces príncipe Felipe todo vestido de blanco, zapatos de hebilla, calzas, gregúescos, jubón, hombreras y gorra, todo en seda blanca».

«Posiblemente, el conocimiento del pañuelo (después se transformó en corbata) en Europa, data de mediados del siglo XVII, cuando un regimiento de mercenarios croatas visitó París para celebrar su victoria contra los suecos en la guerra de los 30 años. Luis XIV se sorprendió gratamente por la forma en que llevaban unas tiras de tela en el cuello y pronto esa corbata “croata” fue adoptada por los franceses».

«Los típicos dibujos de rombos proceden de los tartanes escoceses. Estos se cortaban de las mismas telas que las faldas pero al bies, convirtiéndose los cuadros de las faldas en calcetines de rombos».

«Los primeros tirantes datan del siglo XVIII. Estos tenían la espalda en forma de H; después empezaron a ir cruzados en forma de X y en la actualidad tienen la forma de la Y».

«Los gemelos tienen su nacimiento en el siglo XIX por que resultaba más fácil abrochar los puños almidonados con gemelos que con botones».

El primer reloj de pulsera lo diseño Louis Cartier en 1904 para su amigo, el piloto brasileño Santos Dumont, que necesitaba para pilotar su avión saber la hora sin soltar las manos de los controles».

«Cuando la prenda básica en los caballeros era le levita, hubo que adaptarla cortando por delante parte del faldón, y poniendo en la espalda botones para abrocharlo, para facilitar la monta a caballo sin perder la elegancia. De esta evolución nacieron el chaqué y el frac».

«La chaqueta o americana tiene su origen en el chaquét que a finales del siglo XIX se le cortaron las faldas».

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